Es muy
importante que la persona cristiana tenga claramente definidos sus cimientos,
sus creencias y el por qué cree en ello. De tal manera que al afrontar
conflictos pueda estar preparada para responder con humildad y respeto ante
todo, tal y como se menciona en 1 Pedro 3:15.
Dentro de
los fundamentos para establecer mi cosmovisión, tomo como base principalmente
que: Dios existe. Él es creador de todo lo existente aquí en la tierra, y por
su gracia es que los seres humanos existimos. Así pues, fuimos creados por un
Dios amoroso a su propia imagen y semejanza (Gén. 1:26-27) y por lo tanto no
somos seres que provienen de un evento cósmico o evolutivo.
En cuanto
a lo maldad del mundo, tenemos que este entro al mundo mediante Adán y Eva, por
lo tanto cada ser humano ha vivido en pecado en su corazón. Lo cual demuestra
la maldad al provocar una ruptura en nuestra relación intima con nuestro
Creador. De aquí la derivación de conductas destructivas para nosotros mismos. El
pecado, la enfermedad y la muerte no estuvieron nunca en el plan de Dios
(Ezequiel 33:11). Sin embargo, Dios mismo ha proporcionado una solución al problema del pecado enviando a su hijo
Jesucristo, quien murió por nuestros pecados y resucito de los muertos y así
nos ofreció la reconciliación con Dios, mediante la renovación de nuestro
corazón, que puede darse a través de la confianza en Jesús, y viviendo conforme
a los mandamientos que Dios nos ha dado en la Biblia. De tal manera, como
profesionales cristianos podemos ser colaboradores con Dios para ayudar a las
personas a encontrar un vida satisfactoria, realizando una combinación de todo
el conocimiento científico que conozcamos con la fe, y así proporcionar a
nuestros prójimos salud integral.
Así mismo,
es fundamental tener como base la Biblia, ya que aquí se registra de manera
escrita lo que Dios ha querido decir al hombre, así como también para otorgarle
el conocimiento sobre los rasgos de sus persona y a comprender su
intencionalidad y voluntad (Juan 17:17).
Por lo tanto el conocimiento proviene de Dios, y de la revelación de su
palabra. Así que debemos basarnos en las Santas Escrituras para no dar lugar
enseñanzas meramente de los hombres. Y también para poder distinguir a aquellas
doctrinas falsas.
La Biblia ocupa un lugar central en la formulación de los
principios y valores, y Jesucristo es el centro. Así que nuestra cosmovisión debe ser moldeada y probada por las
Escrituras, las cuales tienen la autoridad de Dios.
Por lo
tanto, nuestro propósito en la vida debe honrar a Dios mediante el servicio a
nuestro prójimo y la preparación propia para la eternidad. Así mismo, debe
caracterizarse por el amor al prójimo y el sentido de misión y testimonio.
Una
cosmovisión no es meramente una visión de la vida. También es una visión para
la vida. Nuestra cosmovisión determina nuestros valores. Nos ayuda a
interpretar el mundo que nos rodea, discrimina lo importante de lo que no es
importante , de lo que es de mas alto valor de lo que es de valor inferior.
(Walsh y Middleton , 1992).
REFERENCIAS
Santa Biblia. Nueva versión internacional
Cruz, Antonio. Posmodernidad. Barcelona:
Editorial CLIE-FLET, 2003.
Ramsay; Richard. Integridad
Intelectual. Barcelona: Editorial CLIE-FLET, 2005.
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