Hoy en
día, los profesionales cristianos afrontan cada vez más situaciones éticas y
morales dentro del ámbito laboral y profesional, lo cual en ciertas ocasiones,
los orillan a dejar de un lado su postura y sus creencias cristianas, cediendo
a las exigencias que el mundo le presenta. Muchas personas que asisten a la
Iglesia, presumen tener a Cristo en su vida, sin embargo la mayoría sigue
pensando y actuando igual. No viven lo que realmente dicen, sino que usan a
Cristo como una mascara pero en el interior siguen siendo los mismos.
En mi
opinión personal, una de las posibles causas de la falta de compromiso en un
profesional sea cristiano o no, es en primer lugar la carencia del conocimiento
completo y real de sus creencias, por lo tanto lo que no se conoce, no puede
defenderse. Ya que no se cuenta con la confianza plena ni la postura firme ante
ello. No saber que principios guiaran nuestra conducta y orientaran nuestras
decisiones nos harán tambalear ante la primera diferencia de creencias. De tal
manera que, seremos presa fácil de la influencia de presiones que provengan de
las circunstancias y/o el entorno, sean personas o instituciones.
Somos
conscientes de que nuestro tiempo ha cambiado, sabemos que en épocas atrás,
todo giraba en relación a la fe y la religión era un aspecto fundamental de la
vida personal. A lo que hoy en día ha dejado de ser así, se ha privatizado y
limitado la religión en nuestra sociedad actual.
Otro
aspecto desafiante para el profesional cristiano, es el pluralismo social que
conlleva a una división entre lo poco que compartimos con todos los demás y las
múltiples preferencias privadas. Es decir, cuando todos coincidimos en
pensamiento, necesidades y gustos, se puede expresar. Por lo tanto cuando
alguien difiere por mas importante que sea, por ejemplo en creencias, se
silencia. Y de tal manera lo que n se expresa termina por no tener vigencia
para el mismo individuo que tenia esas mismas creencias.
Así
también la cultura de hoy, de consumo y bienestar, puede poner en riesgo el
compromiso de un profesional ante sus valores y creencias, ya que buscaría el
bienestar material y por lo tanto desarrolla un apego mas fuerte con
satisfacciones de la tierra. Es decir, el profesional cristiano corre el riesgo
de dejar de comprometerse con sus valores y la moral a cambio de mayores
ingresos o por el poder otorgado por la sociedad. Esto también esta ligado al
impacto dominante de los ídolos del poder, la riqueza y el placer, lo cual
tiene un valor elevado dentro de la organización social dejando a un lado el
valor intrínseco de cada persona. En consecuencia, todo esto, ocasiona una
falta de compromiso tanto con la profesión como con el bienestar de las
personas. De la misma manera, tenemos a una sociedad que desea y busca
libertad, por lo tanto, el profesional puede optar por la necesidad de ser
libre sin limites lo cual conlleva a un individualismo o idolatría al impulso
lo que llevaría ver a Dios como un limite para ejercer tal libertad, a medida
que puede llegar a rechazarlo para sentirse libre y realizado.
Así pues,
debemos tener presente que cada persona tiene una escala de valores, por lo
tanto, algunos valoran ciertas cosas por encima de otras. Y debemos tener
cuidado de no dejarnos influenciar por nuestro afán de controlar
competentemente nuestro propio destino. Debemos pues, ser personas congruentes,
y que a los valores que le damos importancia en la vida individual se los demos
también en nuestra vida social y cultural. Tenemos que ser fieles a la ley
moral y espiritual que hayamos decidido como normas de nuestras vidas y de nuestras profesiones. Mostrar una
conducta que refleje lo que somos en su totalidad, y que no solo la podemos
desarrollar mediante fe sino también con la renovación de nuestros corazones. Y también la oportunidad
de tomar como guía de nuestros hechos y palabras, tanto profesional como
personal, la ley de Cristo, surgida de la Palabra de Dios.
Referencias
Alonso, A.
(2007).Ética y profesionales cristianos. VII Asamblea de Profesionales
cristianos. Loeches.
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